EL VIAJE

lunes, 17 de septiembre de 2012

SINGAPORE

SINGAPORE, una ciudad, un estado, un país... situada en el extremo sur de la Península Malaya y con una población de 4,2 millones de habitantes es de obligada visita si vas de camino a Malasia. Repleta de enormes edificios, parques, centros comerciales e inmensos hoteles de lujo que te ofrecen un impresionante "Skyline" de la moderna ciudad.
Hay cuatro idiomas oficiales, el inglés, el chino (Mandarín), el Malayo y el tamil, pero el Inglés es la lengua predominante. No dejó de chocarme el hecho de ver a la mayoría de los asiáticos, dejando de lado la lenguas orientales y comunicándose entre ellos mediante un inglés realmente fluido y fácil de entender. Obtuvo su independencia del Reino Unido en 1965, de ahí que la lengua británica esté muy presente en su alegre ciudadanía. La esencia de la cultura de Singapore es la diversidad.
En Singapur hay una gran mezcla de culturas. Malayos, Chinos, Indios... y en el país existen diez religiones distintas. Las principales son el Budismo, Cristianismo, Hinduismo, Taoísmo y el Islam. Su clima es sofocante, recordándome a las elevadas temperaturas de Brasil, pero quizás con menos humedad que en el país carioca.
Alojados en pleno corazón de CHINATOWN, pude disfrutar del bullicio de las coloridas calles llenas de vida, adornadas de rojos farolillos y poblada de restaurantes donde comer unos auténticos Nuddles (fideos) con gambas frescas, y una fría cerveza "Tiger", es hacer algo casi inexcusable para sentirte parte de ellos.
Al día siguiente nos dirigimos al centro. Nada tiene que ver con Chinatown o Litlle India (Barrio indio), más bien parece otro lugar totalmente opuesto. Sus altos edificios modernistas me recordaron al centro financiero de Sao Paulo, sin embargo, su modernidad es aplastante y supera con creces a la metropolis Paulista. Extraordinaria vista desde lo alto del Hotel mas famoso de la ciudad (Marina Bay Sands). Según dicen, el hotel de 5 estrellas marcó un antes y un después en la arquitectura a nivel mundial. La planta 57, donde se encuentra un parque, una discoteca y una fantástica piscina, te ofrece el mejor Skyline de SINGAPORE. A unos 200 metros de altura y con el día claro, puede observarse la monumental urbe desde todos sus ángulos. ¡¡¡CONMOVEDOR!!!

Tras ese largo paseo por el "Finantial District" y con dolor cervical de tanto mirar hacia arriba cogimos el vanguardista metro. El metro es un sistema realmente cómodo para moverse por la ciudad. Si vas a recorrer dos paradas, pagas por esas dos paradas. Si son cinco pagas un poco mas. No es como en Barcelona o Madrid, que inexplicablemente paga el mismo importe la persona que baja en la siguiente parada que la que recorre toda la línea. 
Transitar por Orchard Road para hacer algo de "shopping" es otra opción interesante. Repleta de centros comerciales, hoteles exclusivos y algunas de las mejores tiendas de ropa de la ciudad, también de electrónica y sobre todo de caros relojes. Sin duda es la elección estrella para los compradores compulsivos.
SINGAPORE desde las alturas

lunes, 3 de septiembre de 2012

SINGAPORE

06:00 de la mañana. Los cantos musulmanes del Coran procedentes del templo de las mil luces situado a 20 metros de nuestro Hostel, junto con los evidentes síntomas de Jetlag, hacen que mis ojos se abran y no quieran volver a cerrarse. Se niegan a seguir en la oscuridad porque mi mente les hace imaginar lo que nos espera allá fuera. No quiero seguir soñando... Quiero ver esa nueva ciudad que ahora despierta lentamente con los ojos bien abiertos. La emoción me invade y cansado de mirar el techo blanco, salto de la litera y me preparo para salir. Comienza un nuevo día en una ciudad por descubrir. Me imagino como será ese primer día de nuestra gran aventura mientras despierto a Marta de su letargo. Miro tras la ventana mientras me visto. Pocos coches transitan la conocida avenida Pagoda. Sin embargo ya hay gente en frente del templo despojándose de sus zapatos y entrando para realizar sus primeras oraciones. Se acerca un motorista al templo, frena.. y subido en ella invoca a su Dios mientras mueve su cabeza con el casco puesto. Es genial poder presenciar todo ese espectáculo desde arriba, tras las cortinas de mi habitación. ¿Que pasará cuando salgamos a la calle? A los pocos minutos el motorista reanuda la marcha con la conciencia tranquila tras sus rezos. -Bajamos a desayunar, Marta? -le propongo a mi hermana.-De acuerdo, pero volveremos a la habitación al mediodía? Cuanto dinero cogemos? -me pregunta somnolienta. -Lo suficiente para pasar todo el día. No volveremos hasta la noche! BAJEMOS YA A SINGAPORE!!!