Y en lo alto de aquella mágica colina, me di cuenta que lo importante no es llegar a lo más alto, sino jamás dejar de subir.
Y aprendí que los sueños solamente se cumplen si los persigues de verdad...
El viaje no acaba nunca...
Cuando el viajero se sentó en la arena de la playa y dijo: “No hay nada más que ver”, sabía que no era así. El fin del viaje es simplemente el comienzo de otro.
Es preciso recomenzar el viaje. Siempre.